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¿Eres Hipersensible?

Una mujer de quien aprender

Doris Lessing, gran parte de su ficción se basa en experiencias adquirías en el sur de Rhodesia (ahora Zimbabwe), donde vivió cuando era niña. Su oposición al Gobierno minoritario blanco de Rodesia le valió el sello de “inmigración prohibida”: es decir, no se le autorizaba a volver a entrar en el país, y fue tan solo en 1982 que se le permitió volver. Cuatro veces visitó la tierra de su infancia y juventud, dieron lugar al libro de reportaje African Laughter. 

Dice de ella “Nací para escribir, como otras personas nacen para pintar… eso es todo”, dijo en alguna ocasión. “Los escritores cuentan historias. Eso es lo que hacemos”.

Se interesó por los problemas de la educación en Rodesia. Para Lessing, un intento de solución empieza siempre con el individuo. El individuo, como lo piensa Lessing (y como lo pensaba Aristóteles), desea esencialmente el bien: conocer el mundo, vivir en él con justicia, ampliar su mente y sus poderes intelectuales, compartir deberes y privilegios, ser lo más humano posible. Y ese deseo, aun en las sociedades más desunidas, más frágiles, junto a la necesidad de sobrevivir físicamente, de comer y beber dignamente, y de tener un techo y un refugio, se manifiesta concretamente en el deseo de leer.

En casi todos sus libros, ese esperado reflejo es, la meta literaria. Un reconocimiento, la intuición de una memoria, una sensación de poseer de pronto, convertida a palabras, una experiencia ya sentida, íntima y secreta. Desde sus primeras ficciones autobiográficas, propuso a sus lectores preguntas fundamentales sobre cómo actuar con responsabilidad en el mundo.

Ser lector es, para Lessing, una toma de poder, un acto revolucionario que nos permite acceder a la memoria del mundo, a ser ciudadanos en el sentido más profundo de la palabra. “Literatura e historia son ramas de la memoria humana”, escribe. “Nuestro deber es recordar, incluso lo que está por suceder”.

John F. Kennedy

El trigésimo quinto presidente de Estados Unidos, de 46 años, de quien tanto la figura como el mito están siempre rodeados de un halo de fascinación, murió hace 50 años por las balas disparadas por Lee Harvey Oswald, de 24 años, según la investigación oficial, aún muy cuestionada, informa la Agencia France Press.

Para las tres cuartas partes de los estadounidenses, JFK permanecerá en la historia como un presidente “destacado”, en el primer lugar de la lista de los líderes de ese país desde Dwight Eisenhower (1953-1961), según un sondeo de Gallup publicado el viernes.

la agencia Efe señala que los periodistas que cubrieron de cerca el asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy sintieron terror, caos y que un tsunami de información se les venía encima, en una época en la que tenía una historia aquel que dispusiera de un teléfono para contarla.

Y es que ese asesinato fue un “momento crucial” en la historia del periodismo estadounidense, igual que el ataque japonés a la base de Pearl Harbor en 1941 y los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, como recuerda Gil Klein, profesor de la American University.

Pop Art en subasta

Una monumental obra del estadounidense Andy Warhol fue subastada el miércoles en Sothebys por más de 105 millones de dólares, un precio récord para el célebre artista pop, indicó la casa de remates. Tres interesados pujaron por el lote, cuyo precio final superó ampliamente el anterior récord para un Warhol, establecido en 71,2 millones de dólares, según la misma fuente.

De 2,43 metros de alto y 4 metros de ancho, la obra está compuesta por dos paneles: uno con serigrafías de 15 fotografías de un accidente de auto a la izquierda y otro, en oposición, con un vasto rectángulo plateado.

Warhol explora en ella temas claves de su carrera, como el potencial de los medios de comunicación masiva para pasar del anonimato a la celebridad, y la indiferencia hacia la muerte en la era moderna.

La subasta en Sothebys tuvo lugar un día después de que un tríptico del británico Francis Bacon se vendiese el martes por 142,4 millones de dólares en la casa rival Christies en Nueva York, convirtiéndose en la obra de arte más cara del mundo.

“Tres estudios de Lucian Freud” (Three Studies of Lucian Freud), del artista figurativo del siglo XX, pulverizó el previo récord de 119,9 millones de dólares logrado por la icónica pintura “El Grito” de Edvard Munch en Nueva York en mayo de 2012.

Durante esa misma subasta en Christies, otra obra de Warhol, “Coca-Cola (3)”, una botella pintada a mano en 1962 en blanco y negro y del mismo tamaño que un ser humano, fue vendida en 57,285 millones de dólares.

El interés de los coleccionistas por el arte contemporáneo y de posguerra quedó en evidencia el miércoles en Sothebys con varias ventas más que superaron ampliamente las expectativas.

Mentalidad activa y cambiable

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