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Autismo en la Escuela Ordinaria

Cómo facilitar la convivencia con personas con TEA (autismo)

En las distintas situaciones sociales necesitan con anticipación explicaciones concisas sobre los distintos pasos de la situación o actividad. Necesitan poder estructurar y predecir el ambiente y comportamiento de todo lo que les rodea.

Las personas con TEA perciben mejor la información visual, por lo que los sistemas de estructuración y los materiales de apoyo a la comunicación son más eficaces al basarse en el uso de colores, pictogramas, fotografías, etc. El aprendizaje de las habilidades comunicativas y sociales ha de ser constante y en todos los entornos que le rodean. Se encuentra con muchas dificultades para construir el aprendizaje de forma autónoma, para adaptarse a situaciones por sí solos… así que el objetivo de facilitar la generalización en entornos naturales debe ser prioritario. Las personas de su alrededor deben utilizar las adecuadas estrategias de comunicación para favorecer la expresión y comprensión de la persona con TEA: lenguaje claro, ausencia de dobles sentidos y metáforas, correcta articulación, acompañamiento de gestos o señalamientos, uso del sistema de comunicación más adecuado.

Es necesario mostrarse muy receptivo hacia cualquier indicio de comunicación y si es necesario modelar u ofrecer pautas y apoyos necesarios para facilitar el que ésta sea lo más normalizada y eficaz posible. Es esencial conocer qué es lo que le gusta a la persona con TEA para crear un vínculo de comunicación, favorecer el interés y reforzar las correctas interacciones comunicativas. Se ha de mostrar una visión positiva, priorizando las aptitudes y capacidades y potenciándolas para compensar los puntos débiles. La elaboración de fichas de registros así como la elaboración de contratos de contingencia, la utilización de sistemas de economías de fichas… pueden ser útiles en situaciones puntuales en las que es necesaria la enseñanza de alguna norma social de comportamiento o la sustitución de alguna conducta problemática por una habilidad social o comunicativa que cumpla la misma función, pero sin afectar al bienestar de la persona con TEA.

Las familias deben favorecer la participación de su hijo con TEA en la comunidad, ayudando así a la generalización de los aprendizajes y siguiendo los métodos de enseñanza y las normas aplicadas en los contextos educativo o laboral a los que acuda. La adquisición de hábitos de higiene y alimentación requieren de la colaboración constante de la familia cuyo papel es imprescindible en el seguimiento.

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